Vol. 1 Núm. 00003 (2017): La idea IFTH

Desde que en 1970 me doctoré en medicina hasta el momento de escribir estas líneas ha transcurrido casi medio siglo, tiempo suficiente para mirar atrás y analizar lo que llamo concisamente la idea IFTH. Este acrónimo emergió de la fusión de otros dos a saber, el del Instituto Teófilo Hernando de I+D del Medicamento (ITH), un instituto oficial de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el de la Fundación Teófilo Hernando (FTH), una entidad privada sin ánimo de lucro, que surgió para apoyar la investigación y la formación de personal investigador del ITH. Dada la simbiosis existente entre ambos centros, Arturo García de Diego, director de la FTH y gerente del ITH, sugirió que sus actividades se reflejarían mejor con la contracción de ambos logos y denominaciones, es decir, IFTH, Instituto Fundación Teófilo Hernando de I+D del Medicamento.
Tras esta descripción de nuestra afiliación, cabe destacar al protagonista que da nombre al IFTH, el profesor Teófilo Hernando. Don Teófilo tuvo como profesor a don Santiago Ramón y Cajal quien más tarde le sugirió salir fuera de España para formarse. Así recaló en el floreciente Instituto de Farmacología creado por Oswald Schmiedeberg en el Estrasburgo alemán de finales del siglo XIX y primeros del XX. Con su regreso a España, don Teófilo perfiló la nueva ciencia farmacológica en la entonces Universidad Central de Madrid, hoy Universidad Complutense. Con justa razón a don Teófilo le consideramos como el adelantado de la farmacología española, tanto en su vertiente básica como clínica. Por donde quiera que vamos, los promotores de la idea IFTH y los miembros del Instituto Fundación llevamos con respeto y orgullo el egregio nombre de don Teófilo. La Fundación que lleva su nombre nació en 1995 para honrar su memoria. Ello fue posible gracias al decidido apoyo de su hijo, el profesor Luis Hernando Avendaño y de su hija, doña María Hernando Avendaño.
Los miembros del Departamento de Farmacología y Terapéutica (DFT) que fundara el profesor Pedro Sánchez García en la Facultad de Medicina de la UAM a principios de los años 70 del pasado siglo, implicados inicialmente en el proyecto ITH, fuimos pocos pero creíamos en la idea y apostamos por ella. Así, Mercedes Salaices, Manuela García López, Luis Gandía Juan, Mercedes Villarroya, Carlos Sánchez Ferrer, Pedro Sánchez García, Francisco Abad, Concha Peiró, Jesús Frías, otros miembros de otros departamentos y de los hospitales vinculados a la Facultad de Medicina y yo mismo sentíamos que el DFT, que era puntero en neurociencia y en investigación cardiovascular, no tenía el enfoque más traslacional de la I+D del medicamento. Por otra parte, en los años 90 del siglo XX ya comenzamos a establecer colaboraciones con empresas farmacéuticas de dentro y fuera de España. Inicialmente, estas colaboraciones se enfocaron hacia el estudio de nuevos compuestos en desarrollo para, fundamentalmente, conocer su diana farmacológica y su mecanismo de acción. Pronto, sin embargo, nos dimos cuenta de que si queríamos convertirnos en un eficiente instituto con investigación propia, más las colaboraciones externas y servicios, debíamos incorporar a nuestras actividades los ensayos clínicos.